Esta película transcurre íntegramente en las dependencias de un restaurante y hay muy pocas escenas que estén rodadas en el exterior. En ella se cuenta la historia de la mujer de un mafioso, prototipo de hombre machista y desalmado. Ella mantiene relaciones a espaldas de su marido con un cliente habitual del restaurante, y el desarrollo de la película se centra en los encuentros furtivos de ambos a espaldas del mismo. Se trata de una película muy fuerte, con mucha violencia, sexo y descalificaciones de todo tipo, pero sin excesivas muestras de sentimientos por parte de los personajes. Es precisamente en este hecho en el que reside el punctum de la película, los aspectos sociales como el sexo y la violencia que suelen ser bastante tabú se convierten en lo que predomina en la película, mientras que los sentimientos de los personajes aparecen como algo casi prohibido.
La estética de la película es importantísima a la hora de comprender su significado. Cada habitación del restaurante te simboliza con un color diferente, y la indumentaria de los personajes cambia de color a medida que pasan de una estancia a otra. El comedor es de color rojo, allí tienen cabida los convencionalismos sociales, el mundo de las apariencias, el derroche y la ostentosidad. El baño es de color blanco, un color que simboliza la pureza y la higiene, y que le da un aspecto casi celestial. La cocina es de color verde, un color que remite a lo alimenticio, a lo natural y a lo orgánico, características fundamentales de la comida. Toda la película se desarrolla principalmente en estas tres estancias, y la indumentaria de todos los personajes va acorde con la estancia en la que se encuentran. Todas menos la indumentaria del amante, que es marrón, un color neutro, fruto de la mezcla de todos los colores. Este personaje simboliza lo ajeno al mundo del restaurante, un mundo donde reina lo primario y donde no hay racionalidad. El amante parece venido de otro planeta, actúa de manera distinta la resto de los personajes que dejan llevar por sus instintos más básicos.
La caracterización de los personajes también es fundamental. La figura del marido constituye el prototipo de hombre violento, alcoholico y maltratador. No tiene reparo en pegar a su esposa, insultarla y humillarla en público, para luego suplicarle perdón cuando ella amenaza con abandonarle. Es un claro ejemplo de hombre sin escrúpulos, que deja llevar por sus instintos básico y considera a su mujer un objeto al que puede manejar a su antojo. La mujer está atada a su marido y sometida a él desde hace años, hasta que descubre que existe algo mejor que viene del exterior, algo que puede librarla de la cárcel en la que se encuentra. Este algo es el amante, un personaje ajeno al mundo en el que están enmarcados el resto, alguien externo a la atmósfera del restaurante y que contrasta con el ambiente de corrupción que se respira dentro del mismo. Por último el cocinero representa el papel de la conciencia, es el mediador entre lo bueno y lo malo, aquel que sabe diferenciar entre los dos y protege a la mujer de su marido.
Por tanto esta película es una muestra de los aspectos negativos del hombre en contraposición con el mundo de lo profundo y de los sentimientos. El director pretende hacer un juego entre ambos aspectos humanos dando como resultado una película que invita a la reflexión. Además toda la simbología oculta tras el uso del color constituye un lenguaje muy original y una forma diferente de representar aspectos que no sería posible representar a través del guión. En sin duda una combinación de herramientas visuales y significado que no deja impasible al espectador, sino que le invita a ir más allá de lo que ve y a meditar sobre lo que el director pretende expresar a través de la película.
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